La marca italiana Prada ha querido honrar al bolso “Galleria”, modelo emblema de la casa, con cinco cortos donde el complemento es uno de los protagonistas de las ensoñaciones de un torpe cartero, que se queda dormido en el trabajo para fantasear con un mundo color pastel de juguetes infantiles y pícaras mujeres
 El director Autumn de Wilde ha sido el elegido para rodar las cinco pequeñas historias independientes que mantienen al cartero soñador; las trompetas, trombones y acordeones de la banda The Balsting Company; y los bolsos de Prada, estrellas silentes del metraje, como protagonistas comunes.

El discreto protagonista

El bolso homenajeado, llamado “Gallery”, apareció por primera vez en el año 2007 y toma el nombre que la primera tienda que la casa italiana estableció en Milán.

En el corto, el modelo del preciado complemento ha tenido que sufrir: se ha cortado por la mitad, llenado de detergente e incluso decenas de bolsos “Gallery” de color rojo fueron colgados de un árbol, cual manzanas, para crear una fantasía de ensueño.
Una oficina postal, donde el cartero se aburre, es el escenario del primer “clip”. La localización cambia en el segundo corto y se traslada a unas escaleras donde el cartero, que reparte paquetes, fantasea que flirtea con una joven que luce otro modelo de bolso, un“Prada Sound bag”, que sirve como metáfora del deseo.

Marcas y celuloide

Un bolso cortado es el campo de batalla de los juguetes bélicos de un niño en el tercer corto y, en los dos últimos, la rebeldía de las mujeres se plasma con una joven motera y una anciana “fashionista” que hace un elegante “striptease” en una lavandería automática.

Los tonos color caramelo recuerdan a los mundos creados en las películas “Moonrise Kingdom” o “Viaje a Darjeeling” por el director americano Wes Anderson, quien también colaboró con Prada en el corto “Castello Cavalcanti”, en el año 2013, para intentar reflejar de igual manera, con ambientaciones y tonos “retro”, el lado más divertido y picante de la marca italiana.

Un bolso en Internet

La campaña mediática de Prada, que ha llenado las redes sociales con sus vídeos, es un buen ejemplo de como las marcas de lujo, en principio destinadas a personas con un alto nivel económico, buscan llamar la atención del gran público para encumbrar sus productos como objetos de deseo.

La publicidad de este tipo de marcas ya no sólo se encuentra en revistas especializadas de moda o en vallas publicitarias de los barrios de más onerosos, de rentas prohibitivas para la gran mayoría.
Las producciones cinematográficas de la firma italiana, que hace gala de contar con grandes directores, no dejan de lado el mundo digital para que, desde su casa, cualquiera pueda soñar -gracias a las escenas que se recrean en los clips de Instagram, los vídeos de Youtube y las publicaciones en Twitter y Facebook– en tonos pastel y con un bolso de Prada.EFE

Por: LARA BARREIRO
Agencia EFE