Cartagena de Indias fue el escenario donde moda, historia y compromiso social se tejieron en una misma conversación. Allí, en 2011, Patricia Conde como diseñadora presentó su primera colección en un desfile cargado de sensibilidad, propósito y futuro. Más allá del glamour y los aplausos, ese momento marcó el inicio de un proyecto que buscaba algo más: conectar la creatividad con las raíces, y la moda con el desarrollo local.
En alianza con la diseñadora Bibi Russell y la organización Women Together, Patricia Conde decidió apostar por una moda con sentido, vinculada al saber ancestral de los artesanos de la Costa Caribe. En esta conversación íntima, reflexiona sobre ese proceso transformador y sobre lo que significa diseñar desde el respeto, la comunidad y la intención.
Fashion for Development desde América Latina
¿De dónde nace la idea de crear un centro de innovación en Cartagena de Indias?
La idea surge desde Women Together, con Joana Caparrós, como forma de adaptar a América Latina el programa Fashion for Development de la UNESCO. Bibi Russell ya lo había implementado con mucho éxito en Asia, y Cartagena se presentó como el lugar ideal por su historia y energía cultural.
¿Quiénes podían participar en este centro?
Principalmente artesanos y artesanas de la Costa Atlántica que quisieran proteger sus técnicas tradicionales. El centro buscaba fortalecer ese saber y ofrecer formación para mejorar procesos sin perder autenticidad. Era un espacio donde la creatividad colectiva podía florecer.
Cuando la pasarela se vuelve manifiesto
¿Cuál era la visión del proyecto a largo plazo?
Queríamos crear un espacio de pensamiento y creación textil, donde la industria aprendiera de la artesanía. El objetivo era universalizar la creatividad sin borrar el origen. Esa fue siempre la filosofía del proyecto: honrar lo que ya existe.
¿Qué diseñadores se sumaron a esta iniciativa?
Desde el principio hubo nombres como Agatha Ruiz de la Prada y Donna Karan. Se pensó como un banco de tiempo creativo, donde cada diseñador aportara desde su experiencia, sin protagonismos, compartiendo saberes.
¿Tus propias colecciones se elaboraban en el centro?
En ese momento aún no, pero teníamos la intención de desarrollar una línea específica junto a los artesanos colombianos. Me parecía una forma honesta y bella de colaborar y devolver algo al territorio que me inspiró tanto.
Una colección con alma colombiana
¿Cómo fue la respuesta del público en el desfile de Cartagena?
Muy emotiva. El público conectó con la historia detrás de cada prenda, con el concepto de moda con propósito. Mis diseños encontraron eco en el estilo de la mujer colombiana: fuerte, sensible, luminosa.
¿Has incorporado elementos colombianos a tus colecciones?
Siempre he estado abierta a fusionar culturas. Colombia tiene una riqueza estética que emociona. Más allá del estampado, me interesa el relato que cada detalle puede contar.
¿Cómo evolucionaba tu colección en ese momento?
Estaba lanzando una segunda línea para un público joven, con piezas cómodas, frescas y atemporales. No buscábamos seguir tendencias, sino crear ropa que acompañara momentos reales de la vida cotidiana.
¿Dónde se podían adquirir tus prendas?
En 2011, a través de la tienda online patriciacondecollection.com. Queríamos facilitar el acceso a las colecciones sin importar la distancia. Hoy, esa tienda ya no está activa, pero el espíritu de esa propuesta sigue siendo inspiración.
¿Qué propuestas estéticas guiaban tu trabajo entonces?
Apostábamos por colores como el negro, rojo, blanco y estampados florales. Pero lo más importante era que las prendas se adaptaran al cuerpo sin imponer nada. Moda que abrace, no que oprima.
Detrás del diseño y la intención
¿Qué te motivó a unir moda y desarrollo social?
Sentía que era momento de usar la visibilidad para algo más. Bibi me mostró que una prenda puede tener propósito y voz. El cambio no tiene que ser ruidoso, pero sí profundo.
¿Qué aprendiste de trabajar con artesanos?
Escuchar sin prisa. Valorar el tiempo que toma hacer algo bien. Su técnica no busca velocidad, busca verdad. Y eso es algo que la moda contemporánea necesita recordar.
¿Crees que ese modelo sigue siendo posible hoy?
Claro que sí. Y más necesario que nunca. La moda no puede seguir de espaldas a quienes la hacen posible con sus manos y su historia. Volver al origen es avanzar.
Lo que sigue resonando en la moda con sentido
El Centro de Innovación fue una apuesta por unir la tradición artesanal con la industria del diseño, generando oportunidades y preservando saberes locales. Aunque no se ha documentado su continuidad reciente, el gesto sentó un precedente en la moda con propósito en América Latina.
Trabajaron juntas en la implementación del programa Fashion for Development en Colombia. Bibi, con su experiencia en Asia, y Patricia, desde su visibilidad como actriz y diseñadora, sumaron fuerzas para construir un puente entre la moda y el desarrollo comunitario.
Porque demuestra que la moda puede tener raíces, valores y futuro al mismo tiempo. Esta entrevista es testimonio de una mirada que sigue siendo urgente: la moda como lenguaje de inclusión, respeto y transformación social.
Una historia que merece ser contada
Aunque no se ha documentado la continuidad del Centro de Innovación en años recientes, esta conversación sigue vigente. Porque el gesto de unir diseño y comunidad, estética y ética, sigue siendo una inspiración posible. Patricia Conde nos mostró que la moda también puede ser puente, tejido social, acto político desde la belleza. Y por eso, esta historia merece seguir viva en nuestro archivo. Si quieres explorar más sobre diseñadores que trabajan desde el territorio y con propósito, visita nuestra sección Diseñadores y Eventos.
Esta entrevista fue publicada originalmente en 2011 y ha sido actualizada en 2025 para conservar su valor histórico como testimonio de una moda con propósito.