#Vogue15, Los quince años de Vogue en Latinoamerica

El mundo de la moda no existiría sin Vogue, menos Coco Chanel, Paco Rabanne, Michael Kors o Valentino, y muchísimo menos Sex and The City o El Diablo se viste de Prada.
Capaz ni este Armario existiría sin Vogue, una publicación que le dio al mundo hace más de 60 años una mirada distinta a la moda, en idiomas como el turco, el portugués, el ruso, y obvio el español de España. Pero fue México quien, por ser un hijo más cercano al norte tuvo el privilegio, hace 15 años, de exportar la Vogue Latinoamérica o Vogue México.
Aveces un poco más americana, otras un poco más europea, pero con los años esta Vogue Latam, que apenas gateaba, empezó a caminar al son latino, obvio sin perder sus raíces, – no somos nada sino sabemos de donde venimos-, dando brincos a la escena de la moda argentina y mexicana -que para mi es un muy buen referente-, pero también a la luz de los diseños de esta América Latina, que se va devorando las pasarelas mundiales y se va tomando el show.
Qué seríamos sin Vogue, quién pondría a nuestra latina Carolina Herrera en la escena local, o quién resaltaría a nuestra colombiana Silvia Tcherassi, o quién le haría una gran foto al maravilloso Esteban Cortazar – Me encanto la foto de la Vogue de este mes-.
Quién le enseñaría al mundo, que la minifalda no fue la idea de una viejas locas que querían mostrar pierna, sino todo un acontecer histórico en la vida de la humanidad, que marco una forma de ver a la mujer y su relación con la sociedad.
Cómo el mundo se enteraría qué ocurren en las pasarelas mundiales, sino existiera la semana de la moda en cada rincón del planeta, cómo sabríamos que la industria de la moda está dejando millones de ganancias en el mundo – o pregúntele a Zara-, que no solo es de los diseñadores de más renombre son los más vendidos en las fiestas más top de la escena mundial, sino como la costurera de amigas que termina siendo «LA» diseñadora -casos existen- .
Cuándo sabríamos si esta temporada de otoño usamos gris con brillo, o si las rallas y los puntos ahora se puede combinar, o cuándo serán las pasarelas de la moda, las exposiciones de arte de los latinos en alguna galería, cuándo sale el último elixir de la belleza en un frasquito.
Dónde sabríamos todo esto sino fuera en Vogue. Esta biblia, como buena libro de guía espiritual de la moda, ha dejado grandes enseñanzas no solo para Latino América, sino para la moda en el Mundo, nadie más podría combinar prendas exclusivas con ropa a bajo costo, un estilo que impuso y que ejemplificó muy bien Carrie Bradshaw, en Sex and The City – que bien puede ser la serie que le debe a Vogue esa gran masa de seguidores y de fieles amantes a su revista-.
Vogue nos deja el descubrimiento de talento, nuevos diseñadores latinos, a quienes debemos voltear a mirar más seguido, lo cual es muy bueno para el talento local y de la región que se merece el reconocimiento por un trabajo hecho con mucho talento, como negarle a Vogue esto.
Pero también hay que llamarle la atención, si bien una chica plus size latina -no hablo de Sofia Vergara que entró en la onda fitness- aun no se roba sus portadas o por lo menos su interior, ellos siguen insistiendo en la delgadez como un común denominador y una obligación dentro de su redacción y por ende dentro de la páginas de La Biblia de la Moda, hay dar una mirada a los lados, de vez en vez. Creo yo, como aprendiz fashionista que la latina en Vogue debe ser más Latina y creo que será uno de los retos de la publicación en los próximos años, obvio sin el jean sin bolsillo, porque eso puede ser muy latino, pero tiene cero clase.
Feliz cumpleaños y larga vida a nuestra Biblia…
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