Desde su llegada a la dirección del Museo de la Moda de París hace casi siete años, la historiadora española Miren Arzalluz ha marcado una era de innovación y expansión. Bajo su liderazgo, el Palacio Galliera, que alberga el museo, ha visto duplicada su superficie de exposición y ha inaugurado su primera colección permanente de ropa.

Uno de los próximos proyectos de Arzalluz es la creación de una Sociedad de Amigos del museo, con el objetivo de atraer a mecenas comprometidos con la preservación del patrimonio de la moda. Este proyecto se espera que esté operativo para 2025 y cuenta con el patrocinio exclusivo de la casa Chanel para los nuevos espacios de exposición.

Arzalluz, nacida en 1978 e hija del político nacionalista vasco Xabier Arzalluz, ha navegado las presiones del competitivo sector de la moda con una política de independencia científica y deontológica, manteniendo al museo como una entidad pública con autonomía decisoria.

El museo ha sido sede de exposiciones exitosas, incluyendo una dedicada a Frida Kahlo, que atrajo a más de 200,000 visitantes en 2022, y otra sobre Coco Chanel, con 120,000 visitantes.

Antes de dirigir el museo, Arzalluz trabajó en política internacional en Londres y se especializó en la figura de Cristóbal Balenciaga, dirigiendo la fundación de la casa de moda entre 2006 y 2013 y publicando una biografía del diseñador en 2010. Recientemente, colaboró como asesora en la serie «Balenciaga» de Disney+.

En una experiencia única, Arzalluz desfiló para Balenciaga a petición de Demna Gvasalia, director actual de la casa, en un evento que describió como excepcional y que le permitió experimentar personalmente otro lado de la industria de la moda.

Miren Arzalluz reflexiona sobre el estado actual de la moda y las pasarelas, indicando que si Cristóbal Balenciaga estuviera presente hoy, probablemente vería el mundo de la moda con asombro ante su constante evolución y la influencia de las redes sociales y las celebridades en la industria.