La tendencia de dejar de comprar ropa para encontrar el estilo personal
Olivia Galli, fotógrafa e influencer en Nueva York, tiene un armario que sus casi 200,000 seguidores en TikTok envidiarían. Sin embargo, a finales de 2023, Galli se había desencantado de su guardarropa. Con la llegada del nuevo año, decidió participar en el desafío 75 Hard Style, una propuesta que le ayudó a redescubrir su amor por su ropa, especialmente por las prendas vintage heredadas de su abuela. Lo sorprendente es que no necesitó comprar un bolso de diseñador o seguir una tendencia de pasarela para renovar su armario.
El desafío 75 Hard Style
El desafío 75 Hard Style, creado en TikTok por Mandy Lee, conocida como @oldloserinbrooklyn, se inspira en las estrictas rutinas de fitness de Año Nuevo que buscan iniciar un estilo de vida más saludable en 75 días. Este reto comienza con un compromiso de no comprar ropa durante casi tres meses. En lugar de eso, los participantes desarrollan su estilo personal documentando cada atuendo que usan durante 75 días, utilizando únicamente la ropa que ya poseen.
Un enfoque diferente en redes sociales
En una plataforma donde las reseñas persuasivas de los usuarios hacen que artículos de moda se vuelvan virales y se agoten rápidamente, el desafío 75 Hard Style destaca por su énfasis en el estilo personal genuino. En lugar de seguir tendencias homogéneas y estéticas repetitivas, este reto promueve la autenticidad y la creatividad individual.
El llamado a pausar las compras resonó en muchos usuarios: más de 21,000 publicaciones están etiquetadas con #75hardstylechallenge en TikTok y 14,300 en Instagram. Para muchos, participar en el desafío fue un llamado a despertar su estilo personal.
Beneficios del desafío
Olivia Galli, quien se describía como una «compradora impulsiva», encontró que el desafío le permitió redescubrir su armario y ser más consciente al comprar. Al enfocarse en estilizar sus abrigos y accesorios heredados, notó que su deseo de adquirir nuevas prendas disminuía. Galli comentó que, en el 95% de los casos, olvidaba la prenda que pensaba que no podría vivir sin ella.
El marco del desafío no solo se trataba de restricción. Los participantes también documentaban todos los atuendos que usaban, lo que les ayudaba a aprovechar al máximo su ropa existente y a ganar confianza al vestirse. Mandy Lee, en un video de inicio del desafío, explicó que el objetivo era sacar el máximo provecho de las prendas que ya se tienen y volverse más seguros al vestir.
Experiencias de los participantes
Marie Foxall, artista de Montreal, casi completó los 75 días sin comprar nada. Las pocas cosas que adquirió al final del reto fueron básicos necesarios que solo identificó gracias al desafío. Compartir sus atuendos en línea le permitió encontrar una nueva comunidad y sentirse más inspirada por su ropa.
Por otro lado, no todos los participantes continuaron hasta el final. Saanya Ali, CEO de Soirée, documentó sus looks durante 32 días antes de tomarse un descanso de un mes. Aunque encontró el desafío estresante, la paz que encontró con las nuevas prendas esenciales que sentían como «ella» perduró, incluso sin grabar sus atuendos diariamente.
Mary Grace Skully, directora de marketing de la plataforma de compras sociales Locker, consideró participar, pero decidió no hacerlo debido a la estricta prohibición de comprar. Como compradora ávida, sintió que ser obligada a no comprar solo aumentaría su deseo de hacerlo.
Impacto del desafío en el estilo personal
El estilo es verdaderamente individual, y un marco viral no iba a funcionar para todos. Incluso aquellos que intentaron completar los 75 días encontraron que no era necesario llegar al final para redescubrir sus guardarropas. Mandy Lee, la creadora del desafío, dejó de publicar sobre el tema después del día 34.
Mackenzie Newcomb, escritora y consultora literaria, casi llegó al día 70 antes de ceder y comprar una camiseta blanca y un suéter a rayas. A pesar de no terminar el reto, se sintió orgullosa de sí misma y aprendió que es más fácil no comprar cuando se dice constantemente que algo «no es para uno». Una vez que se empieza a comprar de nuevo, es difícil parar.
El desafío 75 Hard Style demuestra que a veces, dejar de comprar puede llevar a una mayor apreciación y creatividad con la ropa que ya se posee. Este enfoque no solo promueve la sostenibilidad, sino que también ayuda a las personas a reconectar con su estilo personal de una manera significativa y auténtica.