¿Cuándo preocuparse por la caída del pelo y cuándo no?
La caída del cabello es una preocupación común, especialmente en ciertos momentos del año como el otoño, cuando muchas personas notan una mayor pérdida de cabello. Aunque perder pelo es una parte normal del ciclo de crecimiento capilar, hay situaciones en las que puede ser motivo de preocupación. Identificar cuándo la caída del cabello es parte del proceso natural y cuándo podría indicar un problema subyacente es clave para tomar medidas a tiempo.
¿Es normal que se caiga el pelo?
De acuerdo con los expertos, perder entre 100 y 150 cabellos al día es completamente normal. Sin embargo, durante ciertas épocas, como el otoño, esta cantidad puede aumentar debido a la caída estacional. Según el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), muchas personas perciben este aumento, especialmente quienes tienen el cabello largo, ya que lo notan en el cepillo, la ducha o incluso en la almohada. Esta caída estacional no debería ser motivo de alarma y suele ser temporal.
El dermatólogo Eduardo López Bran, jefe de dermatología del Hospital Clínico San Carlos, también señala que es importante no alarmarse inmediatamente al ver más cabellos de lo habitual. La caída de pelo por estrés, el postparto o los cambios hormonales, como el efluvio telógeno, son fenómenos que, aunque inquietantes, son transitorios y no requieren tratamiento. En estos casos, el cabello se recupera con el tiempo sin necesidad de intervención médica.
Señales que indican cuándo preocuparse
Aunque la caída del pelo estacional es común, existen ciertos signos que pueden indicar un problema más serio y que merecen atención médica. Si después de dos a cuatro meses de notar una caída del cabello ves que la densidad ha disminuido, que el cuero cabelludo está más visible o que el pelo se siente más fino y débil, es hora de acudir a un dermatólogo. Estos cambios pueden ser síntomas de una condición subyacente que necesita ser evaluada.
Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de Clínicas Ceta, añade que hay otras señales visuales que también pueden indicar que la caída es preocupante. Si la pérdida de cabello viene acompañada de calvas circulares, caída en las cejas o pestañas, picor en las áreas afectadas, rojeces o inflamación alrededor de los folículos, podría tratarse de una forma más grave de alopecia que necesita tratamiento.
Factores que influyen en la caída del cabello
Existen múltiples factores que pueden acelerar la caída del pelo. Además del estrés y los cambios hormonales, la falta de vitaminas y nutrientes esenciales como el hierro, la biotina y la vitamina D también puede afectar la salud capilar. Según la farmacéutica Helena Rodero, la biotina es particularmente importante para el crecimiento y la fortaleza del cabello. Un déficit de esta vitamina, junto con la carencia de otros nutrientes, puede agravar el problema.
Otro aspecto a tener en cuenta son los productos y herramientas que usamos a diario. El uso frecuente de tintes con amoniaco, productos con parabenos y herramientas de calor, como planchas y secadores, puede dañar la estructura del cabello, haciéndolo más quebradizo y propenso a caerse. Durante las fases en las que el cabello ya está débil, estos elementos pueden aumentar la sensación de despoblación.
Soluciones y tratamientos para la caída del cabello
Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para controlar y frenar la caída del cabello, especialmente si se detecta a tiempo. Entre las opciones más innovadoras están las terapias con plasma rico en factores de crecimiento plaquetarios y la mesoterapia capilar. Además, los microinjertos y trasplantes de pelo robotizados ofrecen soluciones duraderas y naturales para quienes sufren de pérdida de cabello severa.
También hay productos que pueden ayudar a retrasar la caída y prolongar la fase de crecimiento del cabello, como el minoxidil, que es uno de los fármacos más utilizados para tratar la alopecia. Aplicado directamente en el cuero cabelludo, el minoxidil puede estimular los folículos y frenar la caída. No obstante, su uso debe ser constante, ya que si se interrumpe, los efectos beneficiosos desaparecen.
La importancia de una dieta equilibrada
Además de los tratamientos médicos, una dieta equilibrada es fundamental para mantener la salud capilar. El dermatólogo Eduardo López Bran destaca la importancia de consumir alimentos ricos en hierro, zinc, y vitaminas A y B, presentes en carnes, pescados y verduras de hojas verdes. Evitar alimentos ricos en sal y grasas también es esencial para prevenir la caída y fortalecer el cabello.