Modelo desfilando en la pasarela de Rabanne en la Semana de la Moda de París, con un abrigo estructurado con detalles de piel, rodeada de un público atento.

El arte del contraste en la cuarta jornada de la Semana de la Moda de París

Modelo liderando la pasarela de Chloé con un look bohemio compuesto por una chaqueta rosa bordada, un corsé blanco ajustado y una falda larga negra de gasa semitransparente. Los accesorios dorados y el bolso de cuero negro con cadena refuerzan la esencia vintage y romántica de la colección otoño-invierno 2025.

La luz del amanecer en París anunció un nuevo capítulo en la Semana de la Moda de París 2025. En su cuarta jornada, la ciudad volvió a ser testigo de un desfile de ideas, donde la moda, en su constante diálogo con el pasado y el futuro, reveló nuevas formas de habitar la elegancia. Marcas como: Chloé, Rabanne, Uma Wang, Schiaparelli e Isabel Marant marcaron el ritmo de la pasarela con colecciones que transformaron la herencia de cada maison en relatos contemporáneos.

Desde la feminidad bohemia de Chloé hasta la opulencia surrealista de Schiaparelli, pasando por el metal líquido de Rabanne, la deconstrucción artesanal de Uma Wang y la sofisticación relajada de Isabel Marant, la jornada fue una exploración de contrastes. Entre texturas orgánicas, estructuras metálicas y volúmenes etéreos, cada diseñador propuso una visión única de lo que significa vestir el presente.

Chloé y la feminidad con alma bohemia

Si hay algo que define a Chloé, es su capacidad de capturar la feminidad sin esfuerzo. Chemena Kamali, en su primera colección para la maison, exploró los códigos del romanticismo con un aire nostálgico que recordó los años 70 y 2000.

Los vestidos vaporosos en gasas y encajes convivieron con chaquetas de terciopelo y abrigos de piel sintética en tonos cálidos. El icónico bolso Paddington reapareció en una versión renovada, reafirmando su estatus de objeto de deseo. Chloé propuso una silueta bohemia y sofisticada, diseñada para una mujer que se mueve con libertad entre el pasado y el presente.

Rabanne encuentra el equilibrio entre metal y fluidez

El brillo metálico, sello distintivo de Rabanne, se fusionó con texturas suaves en una colección que desafió las expectativas. Julien Dossena jugó con la idea de la armadura moderna, donde mallas de cadena y vestidos de lentejuelas se combinaron con tejidos livianos que aportaron movimiento a cada look.

La propuesta fue un juego de contrastes: siluetas estructuradas versus prendas de caída fluida, colores vibrantes enfrentándose a tonos neutros. Dossena reafirmó que Rabanne es más que brillo y extravagancia, es innovación y artesanía en su máxima expresión.

Uma Wang y la belleza de la imperfección

La moda como expresión de lo orgánico y lo imperfecto fue el punto de partida de Uma Wang. Su colección apostó por la neutralidad cromática, con una paleta dominada por tonos tierra, negros profundos y grises envejecidos.

Las telas parecían haber vivido una historia antes de llegar a la pasarela: arrugadas, teñidas de manera irregular y con bordes deshilachados que evocaban la tradición artesanal. Las siluetas holgadas y los drapeados estratégicos aportaron un aire de quietud y solemnidad, convirtiendo cada prenda en una pieza atemporal.

Schiaparelli convierte la pasarela en un sueño surrealista

El dramatismo y la teatralidad marcaron el desfile de Schiaparelli, donde Daniel Roseberry exploró la idea de lo atemporal con su concepto de Future Vintage. La colección se construyó sobre piezas diseñadas para trascender el tiempo: abrigos de corte impecable, vestidos en tonos vibrantes inspirados en Mondrian y estampados animales que evocaban los años dorados de la maison.

Los detalles dorados en botones, cierres y accesorios gigantes añadieron el sello inconfundible de Schiaparelli. El diseñador reafirmó que el surrealismo sigue vivo, manteniendo el legado de Elsa Schiaparelli mientras lo proyecta hacia el futuro.

Isabel Marant y la elegancia sin esfuerzo

El desenfado parisino volvió a ser el centro de la propuesta de Isabel Marant. La diseñadora presentó una colección que celebró la libertad de movimiento con pantalones de talle alto, abrigos de silueta relajada y vestidos fluidos.

Los colores neutros dominaron la pasarela, con acentos en azul profundo y burdeos que añadieron profundidad a la colección. Marant reafirmó su visión de una moda que no busca imponerse, sino acompañar a quienes la llevan con naturalidad y confianza.

La moda sigue marcando el ritmo de París

El cuarto día de la Semana de la Moda de París 2025 dejó claro que la tradición y la innovación no son opuestos, sino partes de un mismo relato. Chloé abrazó la nostalgia, Rabanne desafió la materia, Uma Wang encontró poesía en la imperfección, Schiaparelli transformó el surrealismo en lujo y Isabel Marant reafirmó que la elegancia no necesita esfuerzo.

París sigue marcando el compás de la moda, y cada desfile es una prueba de que la creatividad es un lenguaje sin límites.

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