
Cuando la ciudad de la moda se despierta, las pasarelas cobran vida con narrativas que desafían lo convencional. El domingo 9 de marzo, la Semana de la Moda de París reveló un nuevo capítulo donde la elegancia atemporal se encontró con la vanguardia. Lacoste, Akris, Valentino, Balenciaga y Coperni se encargaron de demostrar que el estilo no es una fórmula estática, sino un lenguaje en constante evolución.
Lacoste la herencia deportiva que se transforma
No hay que correr para alcanzar a Lacoste. La firma lleva años fusionando el espíritu del tenis con una elegancia cotidiana que se siente natural. Esta vez, la propuesta trajo consigo una nueva lectura del sportswear, donde la funcionalidad se encontró con el refinamiento.
Las siluetas relajadas adquirieron una dimensión más pulida, con chaquetas estructuradas que contrastaron con tejidos técnicos. La paleta de colores osciló entre los neutros sofisticados y los toques de color vibrante que recordaron las raíces deportivas de la firma. En una jornada donde la innovación fue clave, Lacoste demostró que el legado y la modernidad pueden caminar de la mano.
Akris minimalismo con la fuerza de lo esencial
Hay firmas que no necesitan gritar para imponerse. Akris encontró su fortaleza en la depuración, en ese equilibrio perfecto entre el lujo y la sencillez. La pasarela fue un lienzo de tonos neutros y cortes impecables, donde los abrigos estructurados y los vestidos fluidos se movieron con la seguridad de quien sabe que menos es más.
La firma suiza apostó por la sobriedad sin sacrificar impacto. Los tejidos de alta calidad, las siluetas perfectamente equilibradas y los detalles casi imperceptibles, pero cruciales, dejaron claro que el minimalismo es una declaración de intenciones. En un mundo saturado de estímulos, la propuesta de Akris fue un respiro de sofisticación sin estridencias.
Valentino el nuevo romanticismo de Alessandro Michele
En un desfile donde el pasado y el presente se entrelazaron con maestría, Valentino presentó su primera colección bajo la dirección de Alessandro Michele. El diseñador, conocido por su habilidad para mezclar épocas y referencias, imprimió su sello sin diluir la esencia de la maison.
Los volantes, lunares y texturas ricas fueron protagonistas en una propuesta que se sintió teatral, pero sin exceso. Cada look parecía contar una historia, desde los vestidos de inspiración renacentista hasta los conjuntos de sastrería con un aire de nostalgia modernizada. El Valentino de Michele no busca revolucionar, sino recordar que la moda es, ante todo, emoción y narrativa.
Balenciaga deconstrucción y poder visual
Las sombras y las estructuras fueron las protagonistas del desfile de Balenciaga, una marca que sigue desafiando los límites entre el arte y la moda. La pasarela se convirtió en un escenario donde la deconstrucción y la exageración convivieron en un mismo lenguaje.
Las siluetas oversized se combinaron con detalles casi escultóricos, mientras los materiales industriales se fusionaron con tejidos de alta costura. La propuesta, fiel a la visión de Demna, se sintió como un cuestionamiento de lo establecido. Balenciaga no solo diseña ropa, crea conversaciones.
Coperni el futuro de la moda ya está aquí
Si hay una firma que entiende cómo se ve el futuro, esa es Coperni. La marca no solo diseña prendas, sino que experimenta con lo que la moda puede llegar a ser. En esta entrega, la tecnología y la estética se encontraron en una colección donde los cortes precisos y los acabados metálicos construyeron una visión hipercontemporánea del vestir.
Los materiales innovadores y las siluetas futuristas no fueron un simple truco visual. La propuesta de Coperni dejó claro que el futuro no es algo que está por venir, sino que ya está ocurriendo sobre la pasarela. En una jornada donde la herencia y la experimentación compartieron espacio, la marca cerró el día con una afirmación clara: la moda siempre está en movimiento.
Un día donde la moda miró hacia adelante sin olvidar su pasado
El séptimo día de la Semana de la Moda de París dejó sobre la pasarela una lección de equilibrio. Lacoste encontró la sofisticación en su ADN deportivo, Akris hizo del minimalismo su mayor fortaleza, Valentino reinterpretó el romanticismo con maestría, Balenciaga volvió a desafiar las normas y Coperni mostró el futuro con cada costura.
La moda sigue reinventándose, pero siempre regresa a lo esencial: un lenguaje visual que trasciende el tiempo y las tendencias.