Modelo luce un vestido amarillo con estructura plisada y abertura frontal en el desfile de Balmain en París Fashion Week 2025. La pieza resalta la elegancia arquitectónica característica de la firma.

Entre luces y sombras, París reinterpreta la moda en su tercera jornada

Modelo en la pasarela del desfile de Tom Ford en París Fashion Week 2025, luciendo un traje sastre en tono rosa pastel combinado con una blusa verde neón, reflejando la elegancia sofisticada y el contraste de colores vibrantes característicos de la colección.

El ritmo de la Semana de la Moda de París 2025 no se detiene, y su tercer día volvió a demostrar por qué esta ciudad sigue marcando el pulso de la moda mundial. En una jornada que osciló entre el futurismo, la experimentación textil y la opulencia clásica, firmas como Courrèges, Dries Van Noten, Stella McCartney, Tom Ford y Balmain ofrecieron colecciones que ampliaron los límites de la creatividad.

Stella McCartney y su compromiso con la sostenibilidad

Para Stella McCartney, la moda sostenible no es una tendencia, sino un compromiso de vida. Su colección reafirmó su apuesta por materiales ecológicos, desde tejidos reciclados hasta innovaciones biodegradables que convierten cada prenda en un acto de responsabilidad ambiental.

Las siluetas relajadas, los tonos neutros y los cortes fluidos fueron protagonistas en una propuesta que demostró que la elegancia y la ética pueden ir de la mano. En un mundo donde la sostenibilidad ya no es opcional, McCartney sigue marcando el camino hacia un futuro más consciente.

Tom Ford y su reinvención del glamour clásico

El lujo atemporal encontró su mejor versión en la colección de Tom Ford. Fiel a su estilo sofisticado, la firma presentó una propuesta donde la sastrería impecable y los vestidos de noche de corte sensual dominaron la pasarela.

Los tonos clásicos como el negro y el rojo profundo se adueñaron del desfile, acompañados de detalles metálicos que añadieron un aire de modernidad. Ford demostró que el glamour sigue siendo un pilar fundamental en la moda, pero con una mirada renovada que equilibra lo clásico con lo contemporáneo.

Balmain convierte la pasarela en una obra arquitectónica

Cerrando la jornada, Olivier Rousteing volvió a hacer de Balmain un espectáculo visual. La colección fue una oda a la arquitectura, con siluetas estructuradas, volúmenes imponentes y una ejecución técnica impecable.

Los diseños jugaron con materiales rígidos, formas angulares y una construcción casi escultórica. La propuesta reafirmó la identidad poderosa de la maison, recordando que la moda no solo viste el cuerpo, sino que también puede esculpirlo. Rousteing sigue demostrando que el dramatismo y la precisión pueden convivir en perfecta armonía.

Courrèges y su mirada al futuro

El día comenzó con la estética minimalista y futurista de Courrèges, una firma que ha sabido mantener su esencia vanguardista con cada temporada. La colección jugó con cortes geométricos y una paleta de colores dominada por tonos metálicos, negros y blancos, evocando una elegancia casi espacial.

Las prendas parecían diseñadas para un futuro donde la funcionalidad y la sofisticación conviven en perfecta armonía. Los materiales tecnológicos y los detalles deconstruidos le dieron un aire experimental sin perder la sobriedad característica de la maison. Courrèges reafirmó su capacidad de reinventarse sin perder su ADN innovador.

Dries Van Noten transforma la pasarela en un lienzo textil

Si hay un diseñador que entiende el poder de la textura y el color, ese es Dries Van Noten. En su desfile, la pasarela se convirtió en una sinfonía de contrastes donde estampados, tejidos y siluetas dialogaron con precisión.

Los abrigos en tonos tierra, combinados con detalles vibrantes en fucsia y verde, ofrecieron una propuesta equilibrada entre lo clásico y lo inesperado. La colección jugó con superposiciones, materiales con relieve y transparencias estratégicas, demostrando que la moda no es solo forma, sino también emoción.

Un tercer día donde la moda lo dijo todo

El tercer día de la Semana de la Moda de París 2025 dejó claro que la creatividad no tiene límites. Courrèges llevó el minimalismo a un terreno futurista, Dries Van Noten convirtió los tejidos en narrativas visuales, Stella McCartney reafirmó que la sostenibilidad es el futuro, Tom Ford reinventó el glamour y Balmain transformó la pasarela en arte en movimiento.

París sigue siendo el epicentro donde la moda no solo se muestra, sino que se siente, se reinventa y nos recuerda que la creatividad es infinita.

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