Esta primavera, los accesorios no solo complementan un look: lo cuentan. Con inspiración en el glamour del cine clásico, el atrevimiento de las alfombras rojas y la frescura de las calles, las piezas clave del joyero se reinventan para acompañar una nueva narrativa de estilo. Desde collares que se deslizan por la espalda hasta anillos que encuentran en el dedo meñique un lugar de protagonismo, las joyas en tendencia del cuello a la espalda y del anular al meñique se llenan de gestos delicados, simbólicos y muy personales.
No se trata solo de lo que brilla, sino de cómo se lleva. Y esta vez, la elegancia está en los detalles inesperados, en las formas inusuales y en la belleza que aparece cuando las reglas se rompen con intención. Las joyas desde el cuello hasta la espalda y del anular al meñique representan toda una declaración de estilo.
El collar que cae como un susurro
Llevado en la espalda, el collar se transforma en declaración de estilo y en homenaje visual al viejo Hollywood. Margaret Qualley, Anya Taylor-Joy y Sabrina Carpenter son solo algunas de las figuras que han recuperado esta forma de lucir joyería, combinando collares espectaculares con vestidos de escote profundo, generalmente firmados por casas como Chanel, Dior o JW Anderson.
El efecto es hipnótico. Al moverse, la pieza añade fluidez y sorpresa. Es un gesto de sofisticación que no necesita palabras, como si el accesorio susurrara una historia cada vez que cae sobre la piel, en una clara muestra de cómo las joyas desde el cuello hasta la espalda pueden redefinir la elegancia. Para quienes buscan ese “algo especial” en un look de noche, esta tendencia ofrece un recurso de impacto sutil y atemporal.
El regreso del pinky ring
En el otro extremo del joyero aparece una joya más discreta pero igual de simbólica: los anillos para el dedo meñique. También conocidos como pinky rings, estas piezas resurgen con fuerza, conectando herencia y modernidad. Meghan Markle, Bella Hadid y Taylor Swift han sido vistas con versiones personalizadas o clásicas, algunas incluso con grabados, esmeraldas o mensajes íntimos.
El meñique, ese dedo que durante años fue ignorado por la joyería convencional, ahora se convierte en territorio de expresión. En clave nupcial, como detalle de amistad o como signo de independencia, este tipo de anillo no necesita tamaño para tener peso simbólico. Firmas como M de Paulet, Alhaja o Cece Jewellery han hecho de esta microtendencia un nuevo clásico para llevar todos los días, destacando cómo las joyas, del anular al meñique, pueden comunicar tanto.
Joyería con cuerpo y color
Además del minimalismo elegante de las tendencias anteriores, la primavera también se llena de texturas y audacia. Las gargantillas de abalorios, coloridas, artesanales y a veces nostálgicas, vuelven a conquistar los cuellos con esa estética que mezcla los años dos mil con una sensibilidad actual. Corazones, estrellas, letras y figuras pop le dan un giro lúdico a los looks más sobrios.
También destacan los anillos chunky metalizados, que combinan con prácticamente todo y aportan una dosis de fuerza visual. Pueden llevarse de a uno o en serie, en dorado, plateado o incluso con acabados esmaltados. Y para completar el conjunto, las joyas para el cabello: cadenas doradas que se entrelazan en trenzas o recogidos, diademas metálicas y peinetas con cristales que devuelven protagonismo al peinado, en un conjunto que resalta cómo las joyas del cuello a la espalda y del anular al meñique se integran armoniosamente.
Claves para llevar joyas con intención
Margaret Qualley, Anya Taylor-Joy y Michelle Yeoh lo han lucido en eventos recientes, posicionándolo como símbolo de elegancia contemporánea con guiños retro.
Además de su carga estética, representan una forma discreta pero poderosa de expresión personal. Pueden llevar mensajes íntimos o ser parte de diseños únicos hechos a medida.
Sí. Desde Dior hasta colecciones de diseño independiente, los adornos capilares se consolidan como una forma original y delicada de elevar cualquier look.
Cuando el detalle se vuelve relato
Los accesorios de esta primavera no son simples adornos. Son piezas narrativas que hablan sin voz, que conectan pasado y presente, que visten sin imponer. Cada joya, cada textura, cada elección habla de lo que somos, de lo que sentimos y de cómo habitamos el estilo desde lo íntimo y lo visible. Desde las joyas del cuello a la espalda y del anular al meñique, si quieres seguir explorando cómo la moda se expresa desde el gesto, visita nuestra sección de Moda y Tendencias.
