Cuando el plástico luce como cuero ecológico
Toda una desfachatez, pues el animal ya estaba aniquilado y el acto en sí violentaba la natural perfección del pelaje de un animal noble y escogido entre los mejores de su especie. La pieza era irrecuperable, sin contar la fortuna que había costado. Nadie fue a la cárcel por ello, aunque el movimiento ayudó a promover la creación de animales en cautiverio para uso exclusivo de fábricas de pieles y peleteros. Eso también contribuyó a calmar algunas malas conciencias y, sin duda, a proteger a varias especies.
La moda de la piel se evaporó y durante más de una década, nadie en su sano juicio salía a la calle en Londres, Berlín o Nueva York con algo que se pareciera remotamente a un borreguito.
Algunos chiflados fueron mas allá y predicaban el “no uso” de piel de vaca, de cordero o cabrito. Vegetarianos que, impulsados por su amor a los animales, jaleaban al público para pasarse del Sebago a la zapatilla de esparto o en su defecto a las bambas o chirucas. Como bolsos, preferían cestas y mimbres, muy apropiados para trabajar en la gran ciudad o para los días de nieve y frío.
Gato por liebre
Estos inocentes en chancletas, no sabían que la goma y el plástico se impondrían obligatoriamente como referencia del calzado y de los accesorios a nivel mundial, no solo para excéntricos o desfavorecidos, sino también para la clase media, que vapuleada por la crisis y la avalancha de productos “made in China”, ha tenido que aceptar humildemente el recalentamiento de pies, acompañado para más “inri” con el calentamiento global. Nada bueno.
O sea la piel de vaca, de cordero, e incluso de cerdo, se ha convertido en un producto de lujo, y hoy en día quien pretenda no sufrir de callos y ampollas tiene que empezar a gastarse una fortuna en zapatos. Que la suela sea de cuero legítimo, en muchos casos, además, no está garantizado.
Marcas como Stella McCartney, Ann Taylor o H&M, no usan pieles o cueros por principio. Ellos son amigos de los animales, pero no saben muy bien que en la China que produce su ropa, muchos de los empleados no tienen seguridad social, sus hijos no tienen colegios gratuitos y trabajan mucho mas de diez horas diarias.
En estas marcas, los abrigos y chaquetas de pelo son de nylon, y los bolsos y la ropa son de “cuero-ecológico”. ¡Toma “goma”! El marketing al ataque y los creativos a las armas.
Si cuela…
Entro en un tienda y le pregunto a una señorita cuánto cuesta el bolso. Me da un precio que no me encaja. Le pregunto que si es cuero y contesta: cuero-ecológico. Respondo: ¡¡¡ahora resulta que el plástico es ecológico!!! Y me pongo a reir en una sonora carcajada. Ella no entiende nada porque esta entrenada para responder a preguntas concretas y no entrar en disquisiciones teóricas.
El asunto no es pecata minuta. Si se habla de ecología está comprobado que procesar y curtir el cuero requiere el uso de disolventes volátiles, fungicidas, grandes cantidades de agua y chromium VI (químico altamente contaminante). Por ello los denominados vegetarianos (veganos) y los grupos de defensa de los animales, abogan por el plástico y específicamente por el poliuretano (PU), manifestando que el PU, es menos agresivo con el medio ambiente que el tratamiento del cuero.
Pero el argumento vegetariano se cae y organizaciones medianamente serias comoGreenpeace manifiestan su total desacuerdo, indicando el origen petroquímico de estos plásticos y el hecho de que su fabricación, genera altas cantidades de dioxins que son lanzadas al medio ambiente, además de no ser biodegradables y quedarse dando vueltas en nuestro planeta “in eternum”.
Plástico, de toda la vida
Señores y señoras, hay que tomar posiciones y actitudes ante la falta de respeto a la inteligencia del ciudadano de a pie. Les invito a que ahorren un poco y en vez de comprarse 3 pares de zapatos de plástico se compren un par de zapatos de piel. Sus pies se lo agradecerán, su salud mental y el medio ambiente también.EFEO sea, lo que yo decía. Que el plástico es plástico desde tiempos inmemoriales y será plástico toda la vida. Lo indignante es que los de marketing nos quieran convencer que comprando plástico uno está haciendo algo ecológico y se las arreglen además, para que todo el mundo acepte el término de eco-cuero como si nada.EFE
Por: ANGÉLICA DE DIEGO EFE