El destape de Pedro del Hierro en Nueva York
Pedro del Hierro pisa por cuarta vez la pasarela de Nueva York, bajo la dirección creativa de Carmen March, con una propuesta inspirada en el ”destape” de la Transición española, que contextualiza y da elegancia, sentido y belleza al estreno de la desnudez femenina tras la dictadura.
“Hay cierto sector del feminismo que considera que en esa época se exponían las mujeres como objetos sexuales y yo creo que no, que es una exhibición de poder. Era un momento de liberación femenina, de exploración de límites”, asegura la diseñadora en una entrevista con Efe.
March reivindica la tarea de esas mujeres, como Victoria Vera, Susana Estrada o Agatha Lys, que al desaparecer la censura del franquismo a finales de los 70, dijeron “aquí estoy en todo mi poderío” y el sentido del humor “sano” y “punk” que había en ese planteamiento.
“La gente habla mucho de la movida madrileña, pero no hubiese existido sin el ‘destape’”, asegura.
El destape como acto de poder
La diseñadora, que por definición tiene que crear ropa, explica que este movimiento “no es solo desnudez, es el acto de poder en el que la mujer decide destaparse. No es una mujer desnuda” y, de esta manera, recrea toda una época, por otro lado una de las más exitosas para Pedro del Hierro, en el que España salía del cascarón y se metía en los clubs de noche.
No en vano, la presentación de hoy en Nueva York se realizó en medio de un sugerente escenario discotequero, lleno de espejos y de esa luz negra que da movimiento a los juegos de brillos que Pedro del Hierro Madrid propone para el otoño/invierno 2015-2016 con piezas de lamé o bordados de lúmex.
March, fichaje de la casa desde 2012 y pieza fundamental de la línea más sofisticada de la marca, vuelve a encender, con esta excusa de desnudar vistiendo, su maquinaria del laboratorio de ideas, a dar la vuelta a los tejidos y a refrescar ideas de otra época.
El destape fue una exhibición de poder. Un momento de liberación femenina, de exploración de límites
“Hemos inventado las prendas con una mirada limpia”, asegura la diseñadora, quien ofrece chaquetas aparentemente convencionales pero que por dentro y en sus entretelas esconden un trabajo de precisión y de detalle tan discreto como genial.
Escotes y transparencias
Inevitablemente, las transparencias ocupan un lugar importante en la colección, jugando a enseñar y esconder los senos, así como unas estampaciones muy de la época, en tonos violáceos, morados bajo los efectos de la luz negra de las discotecas de la época, o un terciopelo de seda con cristales bordados que juegan con los focos de la pista de baile.
“Esa una mujer que no sabes si viene o si va, que mezcla la ropa de día con ropa de noche”, asegura March, y, traducido en tejidos, alumbra trajes de noche de color marfil o de raya diplomática “oversize”, en minifaldas cuero de talle alto, en la vuelta del bustier, los escotes interminables y el look pijama, a veces rematados con abrigos “oversize” que tapen pero enseñen.
“Hemos querido darle ligereza a la colección, porque la ligereza era el estado de ánimo en España en esa época. Pero es una colección de invierno, así que aunar los dos conceptos ha requerido mucha investigación textil”, asegura March, que ha mimado el paño para poder pegarlos a la piel desnuda.
“No creo que la desnudez y la vulgaridad tengan que ir de la mano”, asegura la diseñadora, quien dice que se siente orgullosa de vivir en España, por la tolerancia sexual que vive en este momento.
“Creo que en España estamos liberadísimos a nivel sexual, gracias a Dios. Se asume con muchísima normalidad prácticamente cualquier cosa y no se suele juzgar a la gente por su vida privada o por sus prácticas. Somos un país ejemplar en ese sentido, en general, excepto ciertos segmentos recalcitrantes”, concluye. EFE