Los zuecos gallegos caminan desde el barro hacia la pasarela
Alberto Geada y Elena Ferro luchan para que el calzado primitivo gallego supere el estigma de pobreza y recuperan un oficio casi extinto al lograr que los zuecos de madera dejen de evocar caminos embarrados y formen parte de la vida urbana y las alfombras rojas.
Galicia, Asturias, el norte de León u Holanda, tienen algo en común: un clima húmedo y regiones agrícolas. Por ello también comparten un calzado tradicional, los zuecos, que son calientes en invierno, frescos en verano, y aislan del barro y la humedad al mismo tiempo que proporcionan soporte para una buena postura.
Ahora, en un mundo de calzado industrial, suelas de goma, vida urbana y asfalto, dos jóvenes gallegos se dedican a fabricar a mano este tradicional calzado y pasean sus creaciones por ciudades y pasarelas.
Alberto Geada es de los últimos “zoqueiros” de Galicia y el único joven que se dedica al ancestral oficio. Desde Mondoñedo (Lugo) fabrica “zocas” para todo el mundo, unos zuecos tallados en una sola pieza de madera que, a diferencia de las madreñas o albarcas deCantabria y Asturias, no tienen tres tacos, sino dos.
A contracorriente
“Cuando empecé, con veinte años, mis amigos decían que estaba loco, ya era un oficio casi extinto entonces” cuenta Geada a Efe Estilo. Diez años más tarde, es el último “zoqueiro” que queda en la zona y reconoce que tiene que “buscar nuevas salidas” a los usos tradicionales de este calzado en el campo.
Geada fabrica, bajo encargo, para diseñadores, grupos de baile o clientes que quieren una pieza especial aunque “la industria del ‘souvenir’también da un buen empujón y aún hay gente que utiliza los zuecos para ir a labrar, pero ya muy pocos”, asegura.
Sus “zocas”se han lucido en la pasarela internacional Bread&Butter de Barcelona en el año 2012, por encargo del diseñador Manuel Bolaño, y ha colaborado con sus creaciones con el museo holandés de referencia para este tipo de calzado, el “Klompen Museum”.
Aunque su objetivo es que los zuecos no se queden tras las vitrinas, también dirige un museo dedicado a ellos en Mondoñedo, “Museo das zocas”, donde expone su colección personal, que cuenta con algunas piezas que alcanzan los miles de euros.
De una aldea para el mundo
“No hay que confundir las ‘zocas’ con los ‘zocos’ dice Geada, quien especifica que, si bien ambos son típicos de Galicia, “las primeras son completamente de madera y tienen una punta que se utiliza para limpiar el barro; mientras que los ‘zocos’ mantienen la suela de este material pero recubren el pie con cuero, por una cuestión de clima y terreno”.
De esto últimos vive Elena Ferro quien, desde Merza, una pequeña aldea de Pontevedra, ha obrado el renacer de un negocio familiar abocado a la extinción con su marca Eferro.
Ferro nació en el año 75, justo cuando el oficio empezaba a decaer debido al aumento de la calidad de vida y la introducción de las gomas en las suelas. “Este año se cumple un siglo desde que mi abuelo abrió el taller, y él nunca habría pensado que yo podría seguir viviendo de esto”, explica la artesana a Efe Estilo.
Aprendió el oficio de su padre y de su tía, quienes alternaban la labranza y el cuidado de los animales con la fabricación de los zuecos; pero su estrategia de modernizar la tradición logró que tuvieran que regresar al taller para echar una mano en la producción.
Pies de colores
“Nuestro sello es hacer zuecos a la carta, los coloridos y los estampados son los que más funcionan”, explica Ferro quien, además de vender por internet, sigue acudiendo a las ferias tradicionales para vender sus productos.
Lo difícil ha sido que la gente que ha usado zuecos en su infancia y juventud los miren ahora con simpatía”, cuenta la “zoqueira”. El estigma de pobreza asociado al calzado sigue presente, pero desde hace un lustro “parece que se está superando”: “Antes, en las ferias, las personas comentaban que no querían volver a calzar zuecos en su vida, pero ahora los ven tan coloridos y modernos, y sonríen”, explica Ferro.
Para sus modelos utiliza desde madera y cuero engrasado, gravado, y teñido; hasta vinilo transparente, y también diseña zuecos abiertos para el verano.
“La gente los pone con cualquier cosa, menos con chándal”, bromea la “zoqueira”, que afirma que se han lucido “desde con unos vaqueros hasta con un traje de fiesta”.
Los “Eferro” han aparecido en producciones de cine como “A Esmorga” y han pisado la alfombra de los Premios Goya en los pies del director gallego Fernando Cortizo. “Me gusta que vayan a las pasarelas, pero no es mi pretensión, el objetivo es que no desaparezcan”, dice la creadora de Eferro. De momento, las ventas le dan la razón.EFE