La porcelana compiten con los diamantes
La naturaleza muerta de los lúgubres bodegones del Siglo de Oro español cobran vida en la colección de Andrés Gallardo “Still life”, que continúa con la porcelana como material emblema de la firma joyera y suma, al clásico blanco de base de la cerámica, tonos amarillos y azules.
Sin formación específica en joyería, los jóvenes Andrés Gallardo y Marina Casal comenzaron en 2010 un proceso intuitivo y artesanal para crear un mundo de “porcelanas preciosas”, que sustituyesen a las clásicas piedras que brillan en los escaparates de las joyerías más tradicionales.
Piezas con historia
La colección expuesta está ya a la venta en la página web de la firma, pero ahora han decidido ponerla a la vista del público porque “la porcelana es un material que se ve mucho mas potente en directo”, explica Marina Casal a Efe Estilo.
El escenario de la muestra, el anticuarioTiempos Modernos, retrotrae a Casal a los orígenes de la marca, cuando buscaban en bazares y mercadillos objetos de porcelana antiguos, jarrones y adornos varios, que rompían para, conservando el espíritu del objeto decorativo original, elaborar piezas de joyería únicas que luego vendían a amigos y en unas pocas tiendas.
“Cuando comenzamos a crecer ese modelo de producción se hizo imposible”, cuenta la cofundadora, que explica que ahora siguen buscando piezas en los bazares para romper certeramente, pero deben limitarse a sacar moldes de los motivos decorativos y producir en los talleres nuevas piezas de porcelana, que combinan con elementos de diseño propio, como los lazos.
Pétalo a pétalo
“Cuando decidimos empezar a expandir la marca contactamos con los lugares donde sabíamos que había tradición de porcelana”, explica Casal, quien añade que fabrican enPortugal, Madrid y Valencia.
“Al llegar a Portugal nos miraron con extrañeza, el artesano estaba a punto de jubilarse y el taller iba a cerrar”, explica al cofundadora de la marca joyera. En Madrid, trabajan con un taller de chicas jóvenes y en Valencia, con un grupo de mujeres que se encargan de elaborar las flores que adornan la colección, moldeado los pétalos en porcelana de uno a uno.
“Esas flores antes se utilizaban para decorar jarrones y lámparas, pero ahora es de los pocos talleres que resiste en la zona”, explica Casal.
Cuero y minerales
El trabajo del metal y el ensamblado de las joyas, en oro o cuero, lo realizan íntegramente en el estudio que Gallardo y Casal abrieron en Madrid en 2014.
Al diseño de joyas se le suman, en esta última colección, unos bolsos que lucen conejos, panteras y leones: “nos gustaba el contraste del cuero con las joyas, así que decidimos incrustar piezas de porcelana también en bolsos de piel”, explica Casal, añadiendo que esta vez los artesanos con los que contactaron para elaborar las piezas también “se extrañaron mucho”.
La diseñadora afirma que la porcelana es un material muy propicio para la joyería, “muy duro y cocido a temperaturas altísimas”, por lo que resiste sin problemas los embistes de la vida cotidiana. Y si no, que se lo digan las múltiples cuchillas de diamante que han sacrificado en el proceso de corte. EFE